Gordio era la antigua capital del reino de Frigia, territorio de Asia Menor que actualmente corresponde a Turquía.
Cuenta la leyenda que un campesino llamado Gordias realizó un nudo imposible de desatar junto a un ostentoso carro real. La profecía dictaba que quién consiguiera desatarlo se convertiría en el nuevo rey de Frigia.
Hacia el 330 a.C pasó por allí Alejandro Magno, que entre batalla y batalla contra los sátrapas persas, rompió el nudo con su espada. En Berlín viven con un nudo en el estómago desde 1931. Fue entonces cuando el Hertha alzó su último campeonato de liga. La historia de la ciudad, marcada el pasado siglo por las Guerras Mundiales y la separación de las dos Alemanias son el nudo gordiano particular del futbol berlinés. Y es que ningún otro club de la ciudad ha conseguido tampoco alzarse con el trofeo germano, algo que siendo capital de país es muy poco habitual.
El club era de los más galardonados a inicios de siglo XX, pero truncó su marcha durante el nazismo. El Tercer Reich tomó control de la estructura interna del Hertha, que acabó hundiéndose con el régimen en 1945. Su antiguo estadio, llamado ‘Plumpe’ fue destruido por centenares de bombas. El club renació en los 60, compitiendo por primera vez en la Bundesliga y contando con la figura de un joven defensor llamado Otto Rehhagel. Aunque de nuevo la situación política del país, sumado a la incompetencia de los dirigentes del Hertha, iban a estropearlo. La separación de Alemania Occidental con Alemania Federal y la construcción del Muro de Berlín hacían muy difícil para el Hertha la contratación de jugadores importantes.
El aislamiento echaba para atrás a sus posibles fichajes. A la junta directiva no se le ocurrió otra cosa que sobornar a dichos jugadores para que ficharan por su equipo. La discreción no fue su fuerte y el Hertha fue cazado y descendido de inmediato a la regional league. La fábrica de desgracias culminó en 1971, cuando el conjunto berlinés se vio envuelto en una trama de amaño de partidos. A partir de ahí, dejando atrás temporadas de ascensos y descensos, el crecimiento fue exponencial. En la temporada 74/75 el Hertha fue segundo y cinco años más tardes llegaron a las semifinales de la UEFA Cup, dónde fueron derrotados por el Estrella Roja de Belgrado.
Ha sido en esta última década cuando se les ha vuelto a tener en cuenta para grandes metas. La llegada de Jürgen Röber al banquillo del Olympiastadion en 1996 marcó un punto de inflexión en su historia reciente. Jugadores como Sebastian Deisler, Mario Basler, Alex Alves y más recientemente Marcelinho o Marko Pantelic han hecho disfrutar a la hinchada blanquiazul. El Hertha ha sido asiduo a la parte alta de la tabla en los últimos diez años, aunque la última andadura en la Champions League data de 1999.
En la temporada anterior y de la mano del tridente Raffael – Voronin – Pantelic el Hertha llegó a ir líder en algunas jornadas de la segunda vuelta. Pese a no contar con una plantilla hecha para ello, llegó a tener opciones muy serias de llevarse el campeonato. Sin embargo, su situación actual dista mucho de la del año pasado. 7 partidos y tan sólo 3 puntos dejan al equipo que comanda el suizo Lucien Favre en la última plaza de la clasificación. Han perdido a sus dos mejores goleadores: Pantelic y Voronin. Está Gojko Kacar, siguen contando con Raffael, pero a estas alturas parece no ser suficiente. Berlín es incapaz de ganar de nuevo el campeonato nacional. Esta temporada su nudo gordiano tampoco va a desatarse.